Sunday, October 16, 2005

Sí, ya me habían dicho que...

Sí, ya me habían dicho que mi amigo Fabián era puto pero yo no lo quería creer. Hace varios años éramos inseparables y a veces me quedaba a dormir en su casa, en su misma recámara, pero eso sí, nunca pasó nada entre nosotros. Ayer fui con unos compañeros de trabajo a celebrar un acontecimiento en un videobar ("Las Ramblas") donde comenzamos a descender por la anfractuosa espiral del alcoholismo social (otro eufemismo). Ya habían pasado algunos minutos cuando en una mesa contigua un personaje un tanto oscuro comenzó a hacerme señas. Decidí acercarme y descubrí que se trataba de un antiguo compañero de colegio, Marcelino. Él ha cambiado mucho en estos últimos años, me comentó muchas cosas que me asombraron y muchas más que ya olvidé (efecto colateral del beodismo). De pronto, como salido de la nada, apareció en escena mi "reputado" amigo Fabián (nótese el uso finísimo del adjetivo). Yo tuve que hacer un comentario al respecto pues era claro que al final terminaría recordándome nuestra muy celebrada amistad.

- Oye, ¿qué acaso no es ese el puto de Fabián? Supe que se lo anda matando un pinche...
- ¡Me lo ando matando yo! ¿Qué? ¿Acaso tienes algún problema con eso?
- ...
- Pero ¡qué poca madre tienes! Si el mismo Fabián me dijo que tú lo volviste así.
- ¿Yo? ¡Su madre del cabrón! Yo ni siquiera le hice nada.
- Pues sabe muy bien de qué número calzas, ¿si sabes a lo que me refiero?
- ¡Está pendejo y te lo puedo demostrar! Vamos al pinche baño y te la enseño.

Y allí vamos. Yo aún tratando de defender mi honor inocentemente. ¡Valió madres! Porque recordé que el güey del Fabián me había visto una vez meándome en el patio de su casa.

- ¡Vas a ver pinche desgraciado! Un día voy a ir a tu casa a mearme en tu pinche sala.
- ¡No lo harás! ¡Eres bien putito!
- ¿Y qué? Has de pensar que no me atrevo.

Y nunca se atrevió. Por eso lo recordé, porque aquella era la pinche forma en la que se vengaría: desprestigiándome ante mis amigos, compañeros y familiares. ¡No, ni madres! ¡Mejor que se queden con la duda de si en verdad fui yo! ¡Total, dicen que sólo son siete años de mala suerte! ... ¡Ya sólo me faltan dos!

No comments: